versos al eco de tu ausencia

No fui el mejor, lo sé, mi alma lo confiesa,
tropecé en la danza, ciego en mi torpeza.
Quise tejerte un mundo con hilos de quimera,
pero el telar se rompió, quizás fue mi manera.

Tus amigas susurraron, pintaron sombras en tu mente,
veneno dulce que nubló el sol ardiente.
No fui claro, es verdad, mas mi amor era un río,
corriendo puro, profundo, en su cauce sombrío.

No me diste tiempo, amor, cerraste la vía,
un camino de estrellas que aún ardía.
¿Ese es tu nuevo sol? No alcanza mi cielo,
es apenas un destello en mi antiguo anhelo.

No te deseé tan solo, no fue solo un capricho,
eras mi verso en la noche, mi faro en el nicho.
Pero hoy, quizás, no extraño tu risa en mi oído,
sino el eco de un sueño que aún no ha caído.

Te idealicé, lo admito, en un lienzo dorado,
mas no busqué tu luz, llegaste, inesperado.
Cambiaste mi mundo en un latir fugaz,
un relámpago eterno que no vuelve jamás.

Un imperio no nace en un suspiro al viento,
se forja en la espera, en el lento fundamento.
Y aunque el tiempo te cubra con su manto de olvido,
temo que tu sombra aún queme en mi latido.

Te doy plazo, amor, mas el reloj se desvanece,
cada tic-tac me aleja, mi alma en ti perece.
Solo pido, en silencio, al cerrar esta herida,
que aquel instante nuestro haya sido infinita vida.

UPDATES

Introduce tu dirección de correo electronico para suscribirte a nuestro boletín.